09-01-08

Cuerpo y Sangre

Cómo olvidar los tiempos en que todo marchaba bien, cuando todo era normal. Cuando los problemas eran los mismos de cualquier ser humano común y corriente. Pero por sobre todo, saber que podías contar con personas a tu alrededor, personas que sabían aparecer en el momento justo, cuando más los necesitabas. Ahora sólo es palpable su ausencia, te das cuenta que el mundo pierde toda gracia así como te quedas solo, de espaldas y derrotado dentro de tu agujero de la miseria. Ahora que los años gastaron tus futuros y tus esperanzas, que dejaron heridas en tu cuerpo y en tu alma, las secas grietas en tu cara, la depresión y la desesperación. Sólo han dejado espacio para una salida, el alcohol. Así, sumido en el abismo, envuelto en la vida del indigente, pidiendo limosnas como un desdichado mendigo, así va la vida cuando tu hogar es una avenida, una avenida de oportunidades tiradas por la borda.

La refrescante brisa nos trae una radiante mañana, los sonidos de afuera parecen no molestarle. De hecho, es tan optimista saber cuando tienes el viento a tu favor, cuando las cosas marchan bien, cuando sientes que nada puede salir mal y pareciera que ni la desgracia más terrible podría causarte daño alguno. Sí, este chico vive la flor de su juventud, sabe que le depara un buen futuro por delante. Quizá pudiera seguir estudiando, terminar una carrera no estaría nada mal, es una sabrosa oferta. O bien, comenzar a trabajar le llenaría de experiencia y madurez. Sea cual sea el camino, la forma en que lo recorrerá marca la diferencia notablemente.

Es de esperarse que cuando tu rostro se ha desfigurado con el tiempo – y con una cicatriz de un accidente que cambió el curso del destino – te da vergüenza salir a la luz del sol. Por eso elegí alejarme de esta vida, borrarme del mundo. El vino es mi único compañero, mi anestesia, mi morfina. Sólo soy un ser abúlico, carente de sentimientos, en esta realidad anhedónica. Ahora que lo pienso, era agradable la vida que llevaba, cuando aún no estaba condenada…

El día es especial, sería bastante ordinario para cualquier otra persona, pero la mirada de este joven va más allá de sus flamantes ojos azules. Es increíble la manera de ver las cosas de este sencillo hombre, que hace de cualquier instancia algo especial. Hasta de lo cotidiano, como ir a comprar el pan.

Bendito seas, Señor, Dios del Universo por este pan, fruto de la tierra y del trabajo de los hombres, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida.

Todos los problemas, todo mal, toda pena. Todo lo que me parece maligno lo ahogo en el olvido. Mi cara anómala tiene sed, ya no sed de justicia ni de igualdad. Es tiempo de embriagar. Tengo sed, quiero vino, nada más me importa.

Bendito seas, Señor, Dios del Universo por este vino, fruto de la vid y del trabajo de los hombres, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros bebida de salvación.

Mientras el joven camina, miles de inquietantes pueblan su cabeza. Podría viajar, conocer nuevas tierras; podría quedarse y disfrutar algo de tiempo con sus amigos y amigas, ¿quién sabe? Con algo de suerte alguna chiquilla podría ser su amada esposa. Forjar una familia, tener algunos hijos, educarlos como corresponde. Podría seguir un camino como profesional y dedicar su trabajo a los que día a día, luchan por sobrevivir. Luchar por la igualdad, en este mundo enfermo que llora desconsoladamente por encontrar una cura.

Todo mal. Es cierto que ya me acostumbré a las malas caras, al miedo y a los juicios apresurados. Pero cuando te invade la angustia te vas sintiendo peor por cada negativa y cada mueca de repulsión por parte de la gente. Ya no hay quien se preocupe por este pobre viejo, seco, frío y moribundo.

Para el muchacho es una alegría recibir la bolsa del pan. Crujiente, fresco, recién salido del horno, alimento digno para quien ha luchado una vida por lograr sus objetivos. Feliz, sale a la avenida y se percata que un viejo en su amargura mendiga alguna moneda, esperando que alguien con suficiente misericordia pudiera sentir piedad por él y sacarlo de su sufrimiento, eliminar su ansiedad, saciar su sed.

Orad hermanos, para que este sacrificio mío y vuestro, sea agradable a Dios todopoderoso.

Ya me aburrí de ver la gente pasar, tristemente no saben de mi existencia. Ya ni siquiera sienten el asco de ver la cara desfigurada de un sucio viejo. ¿Qué pasa? Un chico me extiende su mano: “Tome, que tenga un buen día”. Estupefacto por unos minutos, pienso que el chico me recuerda a alguien, no logro saber quién puede ser. Luego me incorporo para adquirir el elixir del olvido. Algo avergonzado regreso a mi espacio, el chico puede verme. Aún así él está para ayudarme, me regala un pan. Después de tanto tiempo, florecen los sentimientos por estos lugares.

El chico no sólo le bastó con darme la limosna, me dio un pan, digno de un festín. Es placentero hasta partirlo, es delicioso. Pero tiene un sabor distinto, parecido a dignidad.

Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor.

Para el joven no es la buena acción del día. Simplemente, nació de él ayudar al viejo. Avanza un poco, tropieza y accidentalmente, cae la bolsa del pan en la berma. Se da el trabajo de recogerlos, sin saber que por la rápida autopista se van apagando sus sueños, uno por uno.

Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor, Jesús!

¡El muchacho! Lo golpeó un coche en la cara, pero a nadie parece importarle. ¡En este mundo están todos ciegos de poder! Cada uno de ustedes guarda a un maldito egoísta. Es mi instinto agresivo, la gente no me puede callar, no me puede parar. Grito hasta que mis pulmones ceden. Tirado en el suelo, veo que descuidé la caja de vino en el pavimento. Como si de por ello me valiera la vida, me acerco a gatas, cada vez más cerca… De un súbito estado catatónico, cada vez más lejos.

Poco a poco, siento una dulzura en mis labios, más dulce que cualquier vino. Se me viene a la cabeza el recuerdo. El muchacho me recuerda a mí, a algo que extravié. Cuando solía ser mucho más joven y por un descuido fatal casi pierdo la vida. En vez de eso, perdí mi identidad, irreconocible a cualquiera. El repudio me sentenció obligadamente a estar solo, nunca supe a dónde fueron a parar los que alguna vez me dieron su mano. Mi futuro se desmoronó, mis fantasías se desmenuzaron, no supe a dónde escapar.

Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.

Me acerco al lugar del accidente, es raro ver que la sangre pareciera como si recién salida de las venas se tratara, porque no veo cuerpo inerte alguno. Quizá debí de estar muy borracho como para no percatarme de que la ambulancia se lo llevó para hacer los intentos de salvarlo. Puede que sea intrascendente, pero no veo panes en el suelo. ¿Qué explicación hay de todo esto? La dulzura palpable, tiene un gusto amargo, pero no deja de ser agradable, aunque algo dolorosa.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.

El daño ya está hecho, y es demasiado tarde como para rechazar la invitación. No hay juventud apagada, porque las premoniciones no conocen de la muerte. El vino sabe a sangre derramada, ha vivido la transustantación de la manera más real posible. No hay miedo a morir, cualquier cosa es mejor que vivir condenado, pero…

Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.

Ahora puedo ver cómo todo acaba. Nada es para siempre, ni siquiera el mal que padecí y que nunca pude distinguir su final. Veo que me equivoqué, veo que era mi propio dios de un universo que cada vez se iba encogiendo más y más. Yo mismo asesiné mis ilusiones, creo que aún me queda una oportunidad para ser perdonado…

El Cuerpo de Cristo. Amén.

FIN

3 coéforas hipertélicas:

Anónimo dijo...

no se si lo escribiste tu

pero si es asi quede pal piko
no pense que escribierai
menos asi




=)
30 de octubre de 2007 03:16 PM

Anónimo dijo...

felicitaciones mi generalammss =) de verdad q te mereciai el premio, los mejores deseos de esta negra siquiatrica =P
estube too el rato con el nudo hasta q me llego el mensaje q decia q habiai ganado (6), pero bueno, asi es la vida como dicen por ahi (A)

y nunca te van a ganarammss! ;D
31 de octubre de 2007 09:45 PM

Anónimo dijo...

oteddy primero felicitarte por tu premio y el disfraz de ayer.
creo que he perdido la costumbre de escribir y son estos textos los que a uno le incentivan a leer y crear.
gracias por tu talento y por compartirlo también, creo que todos tenemos ambos personajes en nuestro ser...
cuidate mucho un besito amigo!
1 de noviembre de 2007 02:26 PM